jueves, 31 de diciembre de 2009

Los Propósitos del 2010.

t_27_12_2009 El paso de año es otra medida artificial por la cual los seres humanos llevamos un registro de nuestro paso por la tierra, así, hoy celebramos el fin de un año y el inicio de otro, según el calendario gregoriano. Por lo tanto, estás celebraciones se repiten en otros momentos para el calendario chino, maya, musulmán, judío, entre otros.

Mañana el sol saldrá como cualquier otro día y lo más importante es que está fecha nos sirva como medida para hacer balances, plantearnos propósitos.

En el 2009 Panamá ganó su primera Copa de Naciones de fútbol en Honduras, también en la patria de Morazán, revivimos aquellos momentos tenebrosos en los cuales empresarios y cómplices resolvieron la partida pateando la mesa, apoyados en la bota militar y la bayoneta.

En Panamá el circo electoral dio continuidad a la derecha en el poder político, gracias a unas reglas del juego en las que al pueblo trabajador organizado y clasista sólo se le asigna un papel de espectador. Este año, entre otras cosas, también comprobamos que Obama es uno más, sólo eso.

El próximo año trae consigo muchos retos, varios de ellos personales e individuales, pero nadie que viva en sociedad debe desprenderse de las dificultades que enfrentamos como humanidad. Hoy, como nunca antes, la acción depredadora que alimenta, reproduce y estimula el capitalismo está por poner en jaque la existencia humana.

La historia está abierta como lo enuncio una vez Rosa Luxemburgo: “Socialismo o Barbarie”. El tiempo marcha sin contemplaciones y la indiferencia de las mayorías empuja a la humanidad completa hacia escenarios catastróficos que ya se reconocieron en Copenhague, pero tal como demostró la misma Cumbre, las potencias contaminantes no serán capaces de resolver el problema, dentro del marco de las actuales relaciones de producción.

El próximo año nos trae el mundial de fútbol, me traerá el tan postergado título en Derecho, más trabajo y el inicio de una nueva vida con mi compañera, a todos nos traerá situaciones similares en el espacio individual de vida, pero en medio de todo, nos está prohibida la indiferencia social y política. Tal posición, nos lleva derechito a la barbarie.

Un abrazo a todas y todos, les deseo un prospero año 2010, lleno de logros, muchos aprendizajes y victorias colectivas.

-LCR, 31 de diciembre de 2009.

lunes, 7 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

América Latina: Mismos actores, otro escenario.

p_26_02_2008Con el último resultado electoral de mayo en Panamá, con el posible éxito de Sebastián Piñera en Chile y algunos otros casos en el continente, se puede llegar a pensar que se está produciendo una restauración oligárquica, en la cual representantes de las clases dominantes pasarían a relegar del poder a los políticos profesionales que asumieron la administración del Estado, tras las tiranías militares. Pero cuando esta clase política o los militares controlaban la administración del Estado, ¿A quién representaban?

Recordemos que ni la casta militar y menos la clase política, son una clase social dentro de la estructura de nuestra sociedad contemporánea, son segmentos sociales que están insertos dentro de alguna clase social. Nuestra sociedad, como sociedad capitalista que es, tiene dos clases fundamentales –más no únicas- la clase burguesa o empresarial y la clase trabajadora, son estas las que al mismo tiempo generan las contradicciones básicas que alimentan los conflictos sociales en el sistema.

Siendo esto así, pasando desde las tiranías militares, a las administraciones de políticos profesionales, llegando a la supuesta restauración oligárquica, podemos ver que la relación social explotador/explotado, se ha mantenido inmutable y los cambios que se han producido han sido tan sólo de apariencia.

En la última década se hablo mucho del “retorno a la democracia” y hoy se sigue diciendo que vivimos en un régimen democrático, pero la respuesta del aparato estatal a la protesta social ha demostrado, que en la mayoría de los países de América Latina sólo tenemos democracia, mientras se acepten las condiciones que nos impone el capitalismo.

En estos años de avance electoral de algunos sectores progresistas latinoamericanos, se ha dado una recomposición de los partidos electorales, en la cual los discursos de los partidos de derecha y de centro izquierda tienden cada vez más al centrismo político. Esta indefinición no es más que parte del oportunismo electorero que concibe las posiciones políticas, como un elemento más del mercadeo que tiene como meta, el gran botín: los negocios con el Estado y la repartición de los puestos administrativos.

LA CRISIS

Prácticamente desde que se inicia la lucha de los trabajadores contra el capitalismo, surge el mito de que el sistema se caerá sólo, en una de sus crisis cíclicas, dando paso a un mundo de justicia social. Tal cosa no pasa de ser un buen sueño y la historia ha demostrado que sólo mediante la lucha organizada, es posible transformar la sociedad. Es más, los niveles de depredación ambiental que genera la avaricia capitalista indican que, si la humanidad no detiene este fenómeno, peligra la vida misma sobre la Tierra.

América Latina no ha sido ajena a la caída estrepitosa de los postulados del neoliberalismo, ha aumentado el desempleo, mientras que los grandes empresarios han sostenido su cómodo nivel de vida, traspasando el costo de la crisis a los consumidores.

Es imposible que la derecha o la centro izquierda política puedan generar soluciones a la crisis económica, en la cual no sean sacrificados los trabajadores y los marginados, pues fueron precisamente esos sectores los discípulos predilectos del capitalismo neoliberal en nuestro continente, defensores convencidos del libre mercado y la libre oferta y demanda. Si los sectores progresistas, con una visión de cambio poscapitalista, desean tener una respuesta coherente a la crisis, es necesario ir mucho más allá del plano meramente electoral y deben concebirse espacios de organización y construcción de poder popular, incrementar la batalla contrahegemónica en todos los espacios de lucha, lo cual haría posibles y sustentables los cambios sociales encaminados por el pueblo trabajador.

CORRELACIÓN DE FUERZAS

En Nuestra América, más allá de las diferencias entre las administraciones de Chávez y Uribe, a nivel gubernamental no hay contradicciones profundas, hay matices. Y fuera de Cuba, Venezuela y Bolivia, el resto de los países del denominado bloque de izquierda, mantienen en la práctica una política que podría etiquetarse de liberal y en el plano económico de socialdemócrata. De todos ellos, se destaca Brasil, que con la administración Lula ha decidido consolidar de forma “amable” su posición de potencia en el continente, convirtiéndose así en un reto para la política internacional totalitaria que acostumbra practicar Estados Unidos con sus vecinos del sur.

La agudización de las luchas en América Latina se irá incrementando, pero no será su escenario principal el interestatal, sino el de los movimientos sociales que han lanzado su marcha por la conquista de la democracia popular y participativa, contra las fuerzas abiertamente reaccionarias o aquellas que tras posiciones de moderación, encubren su propósito de proteger el modo de producción dominante. Honduras tan sólo ha sido un momento de esta nueva batalla que ha tenido como escenarios anteriores, el fallido Golpe de Estado en Venezuela en 2002, el también fallido intento en Bolivia en 2008 y el perpetrado con éxito en Haití contra Jean Bertrand Aristide, por tropas estadounidenses.

El Golpe de Estado Militar perpetrado en Honduras por la oligarquía, los militares y los políticos profesionales, es una prueba más de la unidad de estos tres sectores tras el estandarte de los intereses de las clases dominantes. Esta acción criminal no tenía como objeto principal derrocar a Zelaya o atentar contra la decisión soberana del pueblo hondureño respecto a su constituyente, sino que está dirigida a estimular a los cuerpos militares de otros países a seguir el ejemplo. Además, se constituye en un ensayo del gobierno estadounidense y sus lacayos, de cómo realizar un Golpe de Estado y luego pintarse el rostro de democracia, con unas elecciones bajo la tutela de los cuarteles.

En contraste con su predecesor, Barak Obama ha sido caracterizado como un líder liberal, inteligente, incluso por uno que otro despistado, de progresista; pero la realidad ha demostrado que su política hacia América Latina se diferencia muy poco de la anterior. Si Bush II activo la IV Flota para patrullar el Caribe, Obama pretende instalar bases en Colombia y Panamá; si Bush apoyo el muy “democrático” Golpe de Estado Militar contra el gobierno constitucional de Venezuela en 2002, Obama apoya las muy “democráticas” elecciones que legitimarán el Golpe de Estado Militar realizado en Honduras.

Sólo mediante la unidad popular de los Estados latinoamericanos, es posible que desarrollemos una política independiente y una economía a favor del ser humano, eso lo saben quienes se benefician de la división y la estimulan con la complicidad de sus socios nacionales. Esto es noticia vieja, ya lo había advertido Simón Bolívar, hace casi doscientos años de forma muy exacta.

Si la coyuntura actual se analiza con el prisma del centrismo, la moderación, el inmediatismo o de una supuesta responsabilidad democrática, las conclusiones nos conducirán nuevamente por los esplendorosos caminos de la recuperación económica capitalista, a costa de sacrificar a los marginados de siempre.

El Golpe de Estado Militar en Honduras y la instalación de bases militares estadounidenses en Panamá y Colombia, son señales inequívocas de que la contraofensiva estadounidense y burguesa hacia América Latina ha iniciado, a cargo de la benigna administración Obama. Como lo han demostrado, están dispuestos a recurrir a todos los medios posibles para conservar su poder imperial sobre la región y sobre todo, por apropiarse de los recursos naturales que posee esta parte del continente, no deteniéndose en sutilezas democráticas, haciendo uso de las armas y la fuerza bruta en cuanto la defensa de su dominio lo amerite. Las pruebas están a la vista de todos.

La lucha por la libertad de los pueblos no es como una marcha dominguera, no pasa sólo por tener una buena propuesta y convencer a los votantes, ni siquiera pasa por ganar unas elecciones, pues llegar al gobierno no es lo mismo que llegar al poder; y la izquierda política, honesta y consecuente, debe estudiar y comprender las complejidades y sacrificios que implica la lucha, para evitar que las masas populares caigan atraídas por los cantos de sirena de quienes buscan tirarle un salvavidas al sistema.

Por: LCR, publicado en Kaos en la Red.

martes, 1 de diciembre de 2009

Elecciones en Macondo: “Se arruinó la maquinita”

“Lo que ha ocurrido en Honduras es una vergüenza, un hecho bochornoso, como lo que ha ocurrido con (Barack) Obama y las expectativas que había despertado y que ya han sido defraudadas, pero no me sorprende porque Estados Unidos es un país entrenado para fabricar dictaduras militares”. —Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América latina.

honduras94 La tormenta fraudulenta no es novedad, se veía venir, o más bien –o mas mal—siempre lo fue por realizarse elecciones en condiciones tan arbitrarias como bajo la bota de un golpe de Estado-Militar. El espectáculo era otro, ver y constatar cómo se haría. La maquinaria de la prensa conocida como ‘prensa golpista’ en Honduras no durmió noche y día gritando a voz en cuello, casi un lamento de S.O.S. : Hondureños todos y todas a votar. Ese grito no encontró eco en los oídos deliberadamente sordos.

El TSE (el Tribunal Supremo de Elecciones) presumió e incluso hizo pruebas con unos tales celulares desde donde dirían un número de votantes que rebotaría en la cabina central del Tribunal y allí dijeron que ni los mismísimos estadounidenses tendrían una tecnología electoral tan precisa, inmaculada y “tramparente” balbuceó un ñajo en nombre del Tribunal. Y que después de dos horas de cerradas las votaciones el mundo entero, con extraterrestres incluidos, sabrían los resultados de las elecciones más claras de la historia de la humanidad. No obstante, tardaron más de cinco horas para cuadrar números, a todo esto los visitaban militares constantemente, entre ellos tres coroneles, al lugar donde su supone que solo deberían estar los TSE.

El escenario visto por la prensa nacional e internacional en las calles y lugares de votación era inevitablemente verde, pero no ecológico. Verde olivo, militar: tanquetas, ametralladoras de alto calibre, militares y policías desplazándose de un sitio a otro y superando en gran número a los votantes.

Aun cuando el gobierno de facto encabezado por Micheletti y Vásquez Velásquez en Honduras obligaron a los empleados que trabajan para la Administración Pública a salir a votar, no era suficiente para los astronómicos resultados. Al mediodía monitoreos desde toda Honduras anunciaban la escasa participación. En mi monitoreo personal desde Tegucigalpa, San pedro Sula, La Ceiba, Santa Bárbara, Olancho, Choluteca y de tantos lugares más, tuve información fidedigna de la ausencia de votantes en las mesas electorales.

De esa misma forma constatamos que los votantes en Nueva York llegaron a 500, en Los Ángeles, Miami, y otras de las ciudades en donde habitan hondureños hubo mínima o ninguna votación. De allí que no se pueden sumar al fraude un millón y fracción de hondureños que habitan en los Estados Unidos.

Las fotos y videos que recibíamos nos transmitían de inmediato a la Comala, de Pedro Páramo, del mexicano Juan Rulfo: pueblos desolados, fantasmales. Sería bueno exigirle al TSE y a la ‘prensa golpista’ esas tomas multitudinarias (que no sean montaje) pues al parecer los votantes fueron extraídos de la ficción por su invisibilidad.

Aun con todo me sorprendió una casi sonriente Patricia Janiot de CNN anunciando, a temprana hora, a cuan ancha tiene la boca, que en Honduras había salido a votar un 70 por ciento de la población en santa paz, pero a la vez yo escuchaba la transmisión en vivo desde San Pedro Sula (segunda ciudad hondureña en importancia) transmitiendo la tremenda represión a una multitudinaria marcha: tanquetas, fusiles, gases lacrimógenos, toletazos… todo transmitido por el mismo director de Radio Uno, Arnulfo Aguilar, quien mientras cumplía con su deber periodístico corría junto a la gente a resguardarse. Mucha gente me ha llamado y escrito quejándose de esta actitud de Janiot, pero les explico que ella no tiene la culpa, es solo una empleada y su deber es cumplir con el guión que le asignen. Por tanto no hay que juzgarla ni esperar nada de ella y otras y otros que son “leedores” de cadenas. Así es ese trabajo sino es ella es otra y si no cumple la expulsan del Palacio.

Cuando se cerraron las urnas y supuestamente el Tribunal Supremo de Elecciones recibía los datos vía celular, se dio tremendo apagón en Olancho, el departamento de Honduras. Y a través de las emisoras Uno, Globo, Progreso, la gente denunció que era parte del fraude.

Después hubo que esperar y como diría Joaquín Sabina: “y nos dieron las ocho y las nueve y las diez y las once…”.

Y finalmente aparecieron los del TSE y la excusa, sin precedentes, que dio el presidente de este Tribunal :“Tuvimos un problema técnico, es que se arruinó un link”. Y acto seguido le pasó la palabra a un técnico para que explicara el por qué de las elecciones, por qué la demora y por qué no se habían podido digitar los resultados (juro que no es invento de novelista, allí están las grabaciones).

Pero, por si fuera poco, Saúl Escobar, presidente del TSE, dijo que era un problema técnico, horas antes el embajador Hugo Llorens había dicho cosa parecida, abordado por un periodista de Radio Globo en un centro de votación dijo que no andaba observando sino acompañando a gente de su seguridad que le tocaba votar allí (qué magnánimo el embajador). Ante una pregunta del periodista, respondió: “las elecciones son un tema técnico y los resultados estadísticos lo dirán." ¿Coincidencia o es que así de técnicamente natural es la vida en Macondo, digo, Honduras?

Otras de las tantas rarezas de estas elecciones es que el Tribunal Supremo de Elecciones contrató a la firma Hagamos Democracia para el conteo de votos, y contratista y contratado entraron en contradicción. Mientras la firma dijo que era un 47 por ciento de participación, el TSE hablaba de un 61 por ciento.

También a boca de urna se sabía que el candidato del partido nacional, Porfirio Lobo Sosa, arrasaba por encima de un 30 por ciento con su principal contendiente; ya sacadas las cuentas, la diferencia fue mucho menor. En un análisis Radio Globo arguye que se trató de un pacto entre Lobo y los derrotados, exigido por los Estados Unidos para que se mantuviera el bipartidismo.

Sin duda, por lo que consta, se vio, escuchó, por ejemplo, que se acabó la tinta pero no se acabaron los votos.

De todas maneras los hondureños hemos sido obligados a hablar de este tema, pues realmente el que nos concierne es el que se pretende dejar en el olvido ya sea con un triunfo de la selección o de una elección, de que aun estamos bajo el golpe de Estado-Militar, que seguimos sumergidos en una dictadura, que los represores están allí acechando al pueblo y que en realidad las elecciones nunca debieron darse sin antes haber revertido el golpe de Estado-Militar y restituido al actual presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales. Único escenario propicio para conversar sobre una auténtica conciliación nacional.

Mr. Obama: bienvenido a América Latina. Presidentes latinoamericanos, de quedar esto así se reafirma sin la menor duda de que retornan los golpes de Estado-Militar con efecto dominó reiniciados ya en la macondiana tierra catracha.

El pueblo hondureño ya había derrotado la dictadura por nocau, pero vino Washington a darle oxígeno durante el conteo en boca de Thomas Shannon y desde entonces comenzó a cumplirse la profecía de Barack Obama en Trinidad y Tobago: “una nueva era de relaciones con América Latina”.

* Roberto Quesada es escritor y diplomático hondureño.

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