lunes, 31 de diciembre de 2007

Borrar y empezar nuevamente.

De hoy lunes a mañana martes, las cosas en la naturaleza ocurrirán tal cual como han ocurrido desde hace millones de años: saldrá el sol, correrá el agua de los ríos y la suave brisa moverá las ramas de los árboles. Sólo en nuestra visión humana, tiene este traspaso de un día a otro, una cualidad particular, el día de mañana será un nuevo año, hemos creado estás medidas en el tiempo, para ubicar los hechos cronológicamente, para dar forma a la historia humana.

Pasaron millones de cosas en el dos mil siete, algunas de las que más recuerdo son: la no renovación de RCTV, la grosería fascista de un monarca, los Referéndum en Costa Rica y Venezuela, que aunque ambos significaron derrotas populares y se definieron por márgenes insignificantes, en ambos temas no se ha dicho la última palabra.

En Panamá, la oligarquía y el amarillismo sindical, asesinaron a Osvaldo Lorenzo y Luiyi Argüellles, elevados a mártires del movimiento obrero y popular; la corrupción y la impunidad siguieron rampantes; la publicidad estatal maquilla la miseria de los marginados; el pueblo es rehén de la libre oferta y demanda.

Uno de los retos principales de los que luchamos por una patria diferente, justa, libre y solidaria, es seguir en el lento y difícil trabajo de construcción del poder popular, condición básica para que nuestro pueblo sea el actor principal en la edificación de su porvenir. Construir un sistema, que de la mayor suma de felicidad posible a todos y esa condición pasa por educación liberadora, salud de calidad igual para todos y la superación del sistema capitalista, que es la base generadora del individualismo y el atontamiento que carcome a nuestra sociedad.

Podría decirse que más de lo mismo –en cuanto a los retos- es lo que nos espera en el dos mil ocho, pero recordemos que un año, es sólo una medida del tiempo, que nos ayuda a calcular y registrar los avances o retrocesos que podemos tener como individuos o sociedades.

Por otra parte, en el plano personal, esta celebración permite la ilusión de borrar y empezar nuevamente, nuestros propósitos y nuestras vidas, un éxodo que nos aleje temporalmente de los problemas. En fin, un año esta por terminar, empieza una nueva etapa.

-Luis Calvo Rodríguez

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Carta abierta a los dirigentes europeos

Danielle Mitterrand

Tal como Europa lo ha aprendido y cruelmente pagado, la democracia necesita ser vivida sin cesar, reinventada, defendida tanto en el interior de nuestros países democráticos como en el resto del mundo. Ninguna democracia es una isla. Las democracias se deben asistencia mutua. Hoy hago, por eso, un llamado a nuestros dirigentes y a nuestros grandes órganos de prensa: sí, lo afirmo, la joven democracia boliviana corre un peligro mortal.

En 2005, un presidente y su gobierno son ampliamente elegidos por más de 60 por ciento de los electores, a pesar de que una gran parte de sus electores potenciales, indígenas, no están inscritos en las listas electorales, puesto que ni siquiera poseen estado civil. Las grandes orientaciones políticas de este gobierno fueron masivamente aprobadas por referéndum antes incluso de esta elección, y, en especial, la nacionalización de las riquezas naturales en vistas de una mejor redistribución, así como la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

¿Por qué es indispensable una nueva Consitución? Por la razón muy simple de que la antigua data de 1967, cuando, en América Latina, las poblaciones indígenas (representaban en Bolivia 75 por ciento de la población) se hallaban totalmente excluidas de cualquier ciudadanía.

Los trabajos de la Asamblea Constituyente boliviana han sido, desde sus orígenes, constantemente trabados por las maniobras y el boicot de las antiguas oligarquías, las cuales no soportan perder sus privilegios económicos y políticos. La oposición minoritaria extrema el cinismo hasta disfrazar su rechazo a la sanción de las urnas bajo la máscara de la defensa de la democracia. Reacciona con el boicot, las agresiones en la calle, la intimidación de los responsables electos, en la estricta continuidad de las matanzas perpetradas a civiles desarmados por el ex presidente Sánchez de Lozada en 2003, quien, por otro lado, sigue perseguido por sus crímenes y refugiado en Estados Unidos.

En favor de un caos cuidadosamente instrumentado, renacen las amenazas separatistas de las regiones más ricas, que rechazan el juego democrático y no quieren “pagar por las regiones más pobres”.

Grupos activistas neofascistas y bandas paramilitares, subvencionadas por la gran burguesía boliviana y ciertos intereses extranjeros, instalan un clima de miedo en las comunidades indígenas. Recordemos en qué terminaron Colombia y Guatemala, recordemos sobre todo la democracia chilena, asesinada el 11 de septiembre de 1973 después de un proceso idéntico de desestabilización.

Se puede matar una democracia también por medio de la desinformación. No, Evo Morales no es un dictador. No, no es la cabeza de un cártel de traficantes de cocaína. Estas imágenes caricaturescas se hacen circular en nuestros países sin la menor objetividad, como si la intrusión de un presidente indígena y la potencia creciente de ciudadanos electores indígenas fuesen insoportables, no sólo a las oligarquías latinoamericanas sino también a la prensa bienpensante occidental. Como para desmentir aún más la mentira organizada, Evo Morales hace un llamado al diálogo, rehúsa hacer uso del ejército y pone incluso su mandato en la balanza.

Solemnemente llamo a los defensores de la democracia, a nuestros dirigentes, a nuestros intelectuales, a nuestros medios de comunicación. ¿Vamos a esperar que Evo Morales conozca la suerte de Salvador Allende para llorar sobre la suerte de la democracia boliviana?

La democracia tiene valor para todos o para nadie. Si la amamos en nuestra patria, debemos defenderla por todos los lugares donde esté amenazada. No nos toca, como algunos lo pretenden con arrogancia, ir a instalarla en otras naciones mediante la fuerza de las armas; en cambio, nos toca protegerla en nuestro país con toda la fuerza de nuestra convicción y estar al lado de aquéllos que la han instalado en su nación.

Traducción de Vilma Fuentes

lunes, 24 de diciembre de 2007

Navidad

En este día designado para recordar el nacimiento de Jesús de Nazareth –aquel rebelde judío-palestino que veneran los cristianos- que trajo al mundo ideas de amor, libertad, dignidad humana y solidaridad, que demostró con su ejemplo, siendo humilde y valiente; quiero desearles a todos una feliz navidad, símbolo de recordación del nacimiento de aquel hombre y el valor de sus ideas.

¡Un abrazo fraternal…!

sábado, 22 de diciembre de 2007

Retos de la Juventud Indígena Mesoamericana en el Siglo XXI

ESTE ESCRITO FUE PUBLICADO EN EL LIBRO: RETOS DE LA JUVENTUD MESOAMERICANA EN EL SIGLO XXI, QUE SALIO EL 29 DE NOVIMEBRE DE ESTE 2007, EN CIUDAD DE GUATEMALA, AUSPICIADO POR LA FEDERACION LUTERANA MUNDIAL Y LA COORDINADORA MESOAMERICANA DE LA JUVENTUD (CMJ).


Por: Ronaldo Ortíz

PANAMÁ - Ubicado en un área donde las desigualdades sociales se muestran en su más cruel realidad, la región mesoamericana, de su población total, aglomera una población indígena de mas de un tercio de esta población y su juventud representa ya mas de la mitad de nuestros pueblos autóctonos. Siendo pueblos que sufren la marginación y explotación; no parecen ser herederos de las genuinas salvaguardas de estas tierras ancestrales, de basta riqueza cultural y cosmogónica. Los alarmantes niveles de pobreza, los insignificantes niveles de desarrollo y toda esa condición que hace que nuestros pueblos indígenas sean considerados sub desarrollados, según el enfoque occidental, permite que este análisis que desarrollamos a continuación se de desde las mas firmes convicciones de la juventud indígena mesoamericana, quienes estamos llamados primariamente a resguardar la cultura, identidad y actitud aguerrida de los pueblos, históricamente poseedores de estas tierras. Por lo tanto, nuestro análisis no se fundamenta en la visión occidental de la vida, donde prevalece la defensa de los derechos humanos y los derechos individuales bajo un modelo económico enmarcado en el libre mercado. La definiremos desde la cosmovisión indígena propia, que se caracteriza por la relación del universo, la naturaleza y el ser humano, la promoción de los derechos colectivos, bajo un modelo de producción comunitario.

El sistema económico impuesto asocia la pobreza con la falta material de recursos para satisfacer necesidades básicas. Nuestra visión lo denota como la disminución o falta de espiritualidad, felicidad, en detrimento de un pensamiento propio, ya que nuestras riquezas se determinan desde la obtención y mantenimiento equilibrado de los recursos de la naturaleza, su diversidad biológica, que conlleva a la fortaleza de la identidad cultural y de la relación hombre/mujer-naturaleza-universo. Este enfoque permite mayores oportunidades de consenso, basados en nuestros hábitos y el legado cultural ancestral, y, por tanto, un marco de posibilidades mayores de un real desarrollo para nuestras comunidades, y para la juventud.

Para identificar mejor estos conceptos tomamos unas ideas del hermano Carlos Batzin, cuando al plantear sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas, indicaba:
“La visión de desarrollo de nuestros pueblos parte del origen de todas las formas de vida desde una perspectiva cosmogónica. El conocimiento alcanzado por los pueblos indígenas se enmarca en la cosmovisión y constituye la base de la práctica social, todas las estructuras de nuestras sociedades: políticas, sociales, culturales, económicas y religiosas, obedecieron un mismo patrón y en cada una se aplico la cooperación como ley fundamental del desarrollo, generando como sistema propio el comunitarismo esencia del modelo de vida que ha generado no solo la resistencia de los pueblos indígenas sino de la plataforma del desarrollo sostenible del futuro.”

De este señalamiento se desprende la tarea de la juventud indígena; una tarea que retoma el reto de superar los múltiples traumas de uno de los genocidios más infames que una civilización haya cometido contra otra. El genocidio iniciado con la conquista y profundizado durante distintos momentos de los últimos 515 años suprimió algunos pueblos que llevaron siglos de coexistencia con la tierra, la naturaleza y demás seres vivientes, y dejó a los sobrevivientes con secuelas de todo tipo.
Toca hacer avanzar nuestra condición de pueblos ancestrales, de firme convicción cultural, de principios cosmogónicos y de alta calidad como seres humanos, de trabajar por el bien común, en colectivo, promoviendo el comunitarismo como forma esencial del real desarrollo equitativo de las personas. La juventud indígena mesoamericana tiene la tarea de definir la estrategia adecuada para desdeñar de una vez esa condición de marginación y explotación condicionada por la composición de las estructura de dominación social, que imponen una forma de convivencia totalmente distinto a las formas reales de desarrollar a las comunidades y a sus pueblos.

Los enfoques y la acción propia y cotidiana de nuestros pueblos existen y transcurren en medio de una sociedad compuesta por distintos criterios y orígenes, y con distintos objetivos. Esto pone al descubierto los grandes retos que la juventud indígena de esta región debe afrontar; retos como la convivencia dentro de una sociedad occidental, sus formas y caracteres, con la raíz de ser y sentirnos de pueblos indígenas. Esto es una posición que debemos definir primeramente para poner en su justa dimensión ambas situaciones.

La convivencia debe ser no más que la clara intención de los pueblos no indígenas de respetar la tradición de sus hermanos indígenas. Esto debe manifestarse en el acceso a los bienes y servicios que ofrece el estado, en igualdad de condiciones, así mismo la apertura real de las formas de pensar y el respeto a la espiritualidad. Este último no se trata de antagonizar con las formas religiosas que nos han impuesto de otras civilizaciones, sino de velar por la cultura y las costumbres heredadas y mantenidas por nuestros pueblos. También la convivencia la determina la justa correlación política de nuestras leyes y tratados ancestrales, con las ya existentes desde la visión occidental, éstas últimas ya bastante desprestigiadas.

Hay elementos que se dan en la relación que tenemos con la sociedad en la que convivimos que afectan las costumbres que nos inculca nuestra cultura, ya sea desde los territorios de nuestros pueblos, o desde el ejemplo de nuestros mayores en ciudades. Por ejemplo, la educación oficial influye dramáticamente en la alienación de nuestros jóvenes y la imposición de una cultura sobre otra. Debemos fundamentar la educación de nuestras jóvenes en las formas tradicionales en que atendemos las situaciones diarias y su resolución efectiva y armónica con nuestros hermanos y hermanas. Esto debe prevalecer en toda circunstancia.

La falta de respuestas a las justas exigencias de nuestros pueblos, de mejorar su condición material de vida, así como la condición real de mínimo acceso a los recursos que obtienen los gobiernos nacionales, regentes del devenir de los países, ha caracterizado la relación Pueblos Indígenas – Estado. El Estado juega un papel sumamente importante en la situación de nuestros pueblos, ya que este fija las acciones materiales que deben resultar en bien común, cosa que en la práctica no se ve. Consecuencia de esto son los altos niveles de pobreza y la falta de acceso a los recursos económicos de las instituciones estatales.

Las estructuras tradicionales, la formación cultural y política de nuestros pueblos, las jerarquías propias, como tales, también influyen en como determinaremos nuestro actuar.

Tenemos que avanzar en la educación Intercultural bilingüe, la formación de líderes tradicionales, desde la juventud, la conformación de gremios juveniles y estudiantiles, la obtención de espacios físicos y de co-participación en toma de decisiones, ya sea comunitarias, como institucionales en el Estado, como a nivel internacional, y el fortalecimiento de espacios de intercambio de experiencias y acciones, como lo es el caso de la Coordinadora Mesoamericana Juvenil, que inicie con la transfiguración de un escenario que no ha traído, para nuestros pueblos indígenas mas que ayuda, atraso.

En fin, nosotros como jóvenes tenemos el reto de preservar nuestras culturas originarias, siendo parte de una sociedad homogénea, donde prevalece el individualismo, manifestado en y promovido por el libre mercado, chocando esta con la concepción propia de nuestros pueblos. Nuestra preparación en el mundo occidental también es necesaria para apoyar a nuestro mundo indígena. Nuestra labor de conciencia debe permitirnos aprovechar aspectos beneficiosos de la enseñanza técnica del occidente, de forma tal que obtengamos el mejor resultado de este para aplicarla para bien de nuestros pueblos, esto es pieza clave de nuestras 515 años de resistencia, que retoma su avanzada, para definitivamente hacer respetar nuestras culturas y posicionarla en el sitial que se merece.

En conclusión, el momento que viven nuestro pueblos indígenas en mesoamérica es de marginación, conciente dentro de las políticas estatales de gobiernos, que no son mas que simples administradores de un poder colonizador, quienes imponen un sistema económico y social que crea mas desigualad social y que choca con la preparación espiritual tradicional consciente y de alto sentir colectivo de los pueblos y la juventud indígena. Complementando las enseñanzas occidentales y las tradicionales, dejando claro que la única vía para la verdadera liberación de nuestros pueblos de esta condición, es conociendo y aprendiendo nuestra historia, para fortalecerla en el presente, irradiándola al futuro próximo, nos dan la firme convicción de seguir con la lucha de exigir el derecho que nos asiste de justicia e igualdad.

Autor: Ronaldo Ortiz, estudiante de economía de la Universidad de Panamá. Coordinador de actividades de la actual directiva de la A.E.K.U. Fue uno de los reiniciadores de esta última generación de la A.E.K.U, a finales de 2003, donde se redefinió la política a segurir, fortaleciendo el lema de asociación, añadiéndole ese sentir de ser de un pueblo con tanta historia, que arrojo la última línea del lema: Por Nuestra Cultura.
Es parte de diversas coordinaciones populares, actual miembro de dirección del Frente Nacional de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá, FRENADESO.

jueves, 20 de diciembre de 2007

¿QUÉ NOS DEJÓ LA INVASIÓN?

Luces, arbolitos, adornos, el mundo del consumismo navideño desatado en su máxima expresión. Había una cierta tensión en el ambiente, pero nada presagiaba lo que iba a ocurrir, muy pocos pensaron –ingenuamente- que se atreverían a hacerlo en estás fiestas sagradas y venerables.

Cerca de media noche, se desato la ira: Bombas, misiles, helicópteros, avión “fantasma”, tanques. Las balas no discriminaron, miles de humildes panameños fueron heridos o asesinados de forma cobarde por el invasor, luego, aquel instante de dignidad ultrajada por la prepotencia imperial fue guardado en otro de los rincones olvidados de nuestra historia.

Al momento de la invasión yo sólo contaba con ocho años, viviendo en una provincia alejada del escenario principal de los combates. Sólo recuerdo el bombardeo del aeropuerto provincial, la fuga de los presos de la cárcel pública y las vergonzantes camisetas y gorras con el lema “Just Cause”.

A los más jóvenes sólo nos queda utilizar el recurso de la imaginación, para visualizar los testimonios de aquellos mártires y héroes anónimos. Sólo imagínelo, veintiséis mil soldados estadounidenses ocupando el país, dominando nuestras calles, estableciendo amenazantes sus retenes, violentando a los ciudadanos con su poderío, haciendo suyo nuestro aire, omnipresentes, todopoderosos, como les gusta visualizarse.

Imagínelos, véalos, arrastrando los cadáveres hasta fosas comunes, humillando y asesinando a panameños como usted y como yo, manifestando que tienen derecho de hacer lo que hacen, para llevarse a su General, agente de la CIA. Ahora mírelos juramentando a nuestro presidente, en una base militar norteamericana, rodeado de los asesinos, sonriente, mientras que la muerte inunda el país a miles.

Panamá, después de aquella tragedia, no ha sido la misma…. Veintiún años de dictadura militar, en los cuales los panameños debieron aprender que luchar por la libertad y justicia, por la transformación de nuestra sociedad, traen como consecuencia la persecución, la cárcel, el exilio, la tortura, la muerte y la desaparición; para acabar este período con una invasión genocida que por su intensidad violenta, desgarró la autoestima nacional, nos humillaron, pisotearon nuestra dignidad patria e impusieron en nuestro país la “paz americana”, que tan bien fue asimilada por los vencidos que hoy están en el poder.

Muy a lo panameño, hemos evadido enfrentar nuestro pasado, y como pueblo, hemos asumido la versión histórica de la clase dominante, aquella que se enseña en las escuelas, aquella en la cual no existe un once de octubre criminal y opresivo, ni un veinte de diciembre genocida, brutal, imperial y salvaje. Estas dos fechas marcan el inicio y el fin de una etapa tenebrosa, que tiene efectos altamente nocivos en nuestra actual idiosincrasia nacional y que mientras no sean enfrentados, limitaran la construcción de una imagen propia coherente con la conquista de una sociedad incluyente, justa, democrático participativa y libre.

¿Qué nos dejo la invasión? ¿Democracia? ¿Libertad? Ya no tenemos a las Fuerzas de Defensa como garantes de los intereses de la casta militar dominante; ahora tenemos a otras instituciones armadas, que son la barrera entre el pueblo y la oligarquía que se ha repartido el poder, desde aquella fecha trágica. Ahora los medios de comunicación no deben ser censurados y ocupados por los militares, son extensiones dóciles del poder que se ocupa de sostener el status quo capitalista y neocolonial.

Tan sólo han pasado dieciocho años y para las nuevas generaciones -¡futuro de la patria!- esta fecha no existe, nuestra memoria histórica esta cubierta y ensordecida por la superficialidad y la inmediatez impuesta a nuestra existencia individual.

Por aquellos que sufrieron la muerte en manos de los esbirros de la dictadura militar; por aquellos asesinados criminal y cobardemente por la prepotencia estadounidense, desde el movimiento popular jamás ofreceremos ¡ni perdón, ni olvido!

-Luis Calvo Rodríguez.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Siete cosas, que según Gandhi, nos acabaran destruyendo.

Riqueza sin trabajo
Placer sin conciencia
Conocimiento sin carácter
Comercio sin moral
Ciencia sin humanidad
Fe sin sacrificio
Política sin principios

viernes, 7 de diciembre de 2007

¡VICTORIA PANAMEÑA! La versión tica


TOMADO DEL DIARIO LA NACIÓN DE COSTA RICA

Costa Rica eliminada de los Olímpicos

Fracaso total de una selección inoperante

Con un pésimo juego, Tricolor echó por la borda ventaja del primer partido

Panamá fue superior a un cuadro tico cargadode defectos

Gustavo Jiménez M. | gujimenez@nacion.com

La ruleta de los penales condenó a una desteñida Selección sub-23 de Costa Rica a decir adiós al sueño de optar por una plaza en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Panamá jugó mejor mientras el partido estuvo 11 contra 11. El canalero Algandona salió expulsado, pero ni así la Tricolor fue capaz de anotar un gol.

Después vino la debacle en los penales, para consumar el estrepitoso fracaso de la Sub-23.

La primera parte, por lo demás floja, transcurrió entre esporádidos chispazos de talento y una actitud permisiva del árbitro Archundia hacia el juego fuerte.

Costa Rica mostró al inicio una tendencia a abusar del pelotazo. Esto se corrigió después, como corresponde a un equipo que posee en su mediacancha a Marvin Angulo y Celso Borges.

Panamá, en tanto, dependió de su artillero Gabriel Torres, otro estilista a la hora de darle tratamiento a la pelota.

Si el balompié no incubara fanatismos, más cuando se trata de selecciones y hay puntos de por medio, este delantero canalero hubiera tenido que recibir ovaciones cada vez que se sacaba algún truco de la galera.

Pero fue, en general, un partido sin claridad ofensiva.

Hubo retazos de espectáculo, solo a cuentagotas, en un lapso inicial que apenas logró separar al escaso público del frío decembrino que reinó en el Saprissa.

Imparables. Si ya era difícil para Costa Rica controlar a Torres, en el segundo tiempo Panamá duplicó la apuesta con otro jugador de fantasía y piernas rápidas.

Armando Cooper ingresó a hacer estragos por la derecha. Y es que lo canaleros se lucieron con algunas acciones de habilidad que hicieron ver muy mal a la zaga de la Tricolor.

En Panamá también había gladiadores, de esos que tienen problemas para discernir entre el juego viril y la pierna brusca. Pero cuando hubo que meterle velocidad al partido, los visitantes tuvieron con qué.

Una de esas combinaciones desembocó en el tanto panameño. Alberto Quintero pescó un balón en el área y, ante la actitud pasiva de la defensa tica, puso el empate en el marcador global.

Panamá hacía mejor las cosas y obtuvo la merecida recompensa.

A un lado de la cancha, el técnico Hernán Medford gesticuló en un improvisado regaño. No era para menos: sobre la propia cancha del Ricardo Saprissa la Tricolor era un conjunto apocado e inoperante.

Los canaleros le hicieron un favor a Costa Rica con la expulsión de Rolando Algandona. Aunque ni jugando contra diez la Sele fue capaz de hacerle un gol a los visitantes.

Hubo que recurrir a la angustia de los penales y ahí Costa Rica terminó de redondear su fracaso.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Victorias pírricas y derrotas griegas

Carlo Frabetti
Rebelión

Los antiguos romanos, que en comparación con los imperialistas actuales eran un modelo de civilización y de respeto a otras culturas, conquistaron Grecia para dejarse conquistar por los griegos –por su filosofía y su arte superiores--, cuya supuesta derrota se convirtió en una de las mayores victorias culturales de la historia.

La “derrota” de Chávez ha tapado la boca a quienes acusaban al Gobierno venezolano de dictadura encubierta, a la vez que brinda un buen motivo de reflexión a algunos bolivarianos excesivamente triunfalistas. La vía pacífica hacia el socialismo tal vez sea posible --ojalá sea posible--, pero no será fácil. Y menos con la poderosa oligarquía venezolana vendida al más brutal imperio de todos los tiempos.

Puede que a algunos les haya sorprendido que Chávez calificara de pírrica la victoria del “No” y que dijera que una victoria así él no la querría; puede que a otros les haya recordado la consabida fábula de la zorra y las uvas. Pero el viejo zorro bolivariano seguramente tiene razón al pensar que las uvas de una victoria mínima habrían estado verdes. Una victoria mínima del “Sí” habría permitido a los manipuladores mediáticos alimentar las dudas sobre la índole democrática del proceso revolucionario y habría facilitado la estrategia de la crispación. Sin embargo, una victoria mínima del “No” no interrumpe el proceso, e incluso podría fortalecerlo. Dentro y fuera de Venezuela, muchas personas hasta ahora recelosas, intoxicadas por los medios de comunicación capitalistas locales e internacionales, tal vez empiecen a contemplar con mirada más tranquila y objetiva los impresionantes logros sociales conseguidos por la revolución bolivariana en apenas una década. Tal vez los “vencidos” empiecen a convencer a los “vencedores” con el ejemplo de su serena aceptación del veredicto de las urnas, con esa victoria de la dignidad y la ética a la que alude Fidel en su carta de felicitación –sí, de felicitación-- tras el anuncio del resultado del referéndum.

Casi a la vez, como para hacer inevitable la odiosa comparación, hemos asistido a la vergonzosa “victoria” del carnicero Putin, basada en la represión, la manipulación y el fraude. Y a la no menos vergonzosa detención electoralista de los encausados en el sumario 18/98, perpetrada por quienes solo saben enfrentarse a la derechona poniéndose a su nivel.

Seguramente Zapatero ganará las próximas elecciones, aunque para ello tenga que desempolvar al impresentable Bono y demostrarles a los “indecisos” que Bambi puede ser tan sanguinario como las hienas y las comadrejas del nacionalcatolicismo. Será una victoria tan miserable como las de Putin y Bush, una victoria pírrica cuyo desmedido coste social y político –por no hablar de la ética y la dignidad-- arruinará incluso el mínimo consuelo de que no gane Rajoy. Chávez no querría una victoria así. Nadie con un ápice de decencia la querría.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Presidente Chávez reconoce triunfo del ‘No’; "No pudimos...¡Por ahora!"


PUBLICADO EN APORREA

El Presidente Hugo Chávez, justo después de que el Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados del referendo constitucional, admitió en cadena nacional el triunfo del ‘No’ en el proceso comicial. “Final de fotografía”, dijo el primer mandatario al hacer alusión al aproximado 1,5% de diferencia entre las opciones

Comenzó su discurso leyendo los resultados que ofreció Tibisay Lucena y anunció que “esa tendencia es irreversible” y reconoció “la decisión que ha tomado un pueblo”.

"Con el corazón se los digo, tengo varias horas debatiéndome en un dilema. Ya salí del dilema y estoy tranquilo, espero que los venezolanos también", dijo Chávez al ratificar las cifras que ofreció la autoridad electoral.

“Ahora los venezolanos y venezolanas debemos confiar en nuestras instituciones.

A quienes votaron por mi propuesta y a quienes votaron contra mi propuesta, les agradezco y les felicito porque han comprobado que este es el camino. Ojalá se olviden para siempre de los saltos al vacío, de los caminos de la violencia, de la desestabilización”, afirmó el mandatario.

Se dirigió a sus seguidores diciéndoles que “no se sientan tristes y apesadumbrados” y a la oposición les dijo “sepan administrar su victoria, mírenla bien matemáticamente. No es que se la doy, ustedes se la han ganado, pero esa victoria pírrica yo no la hubiese querido, no de esta manera”.

Estamos hechos para una batalla larga. Como lo dije el 4 de febrero de 1992, por ahora no pudimos, yo así, ante ustedes cumplo con el compromiso de respetar nuestras instituciones”, afirmó el presidente.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Están haciendo historia

Están haciendo historia camaradas bolivarianos. Adelante por la construcción de poder popular, por el Pueblo, por el Socialismo.