Debo salirme de la habitual formalidad que he tratado de imprimirle a este blog, porque lo ocurrido hoy, también se sale de todo lo normal.
Hoy murió asesinado un compañero, Osvaldo Lorenzo, dirigente sindical del SUNTRACS, el sindicato más grande, revolucionario, combativo y clasista de este país.
No puedo guardar ningún esquema, la rabia, la impotencia, la idea de que este crimen quedará impune, no me permite esos estilos.
Este humilde trabajador, junto a sus compañeros, se movilizó solidariamente, a luchar por el despido injustificado de 60 trabajadores de la empresa brasileña ODEBRECH (aliada del progresista Lula).
Los matones contratados por esa empresa, dispararon contra los trabajadores, frente a la actitud permisiva de los policías presentes.
Resultado: dos heridos y un camarada asesinado, una viuda, dos huérfanas… ¡y todavía el Ministro de Trabajo, Reynaldo Rivera, tiene el despreció de decir que la culpa es de SUNTRACS por movilizarse y protestar!
¿Qué hubiese pasado si las balas hubiesen sido disparadas por SUNTRACS y el muerto hubiese sido uno de esos mafiosos? Ya estarían los locales allanados, la dirigencia detenida y montando todo un plan para desarticular el movimiento popular.
No va a pasar nada, todos los sabemos, los criminales seguirán libres dirigiendo su mafia y vendiendo los derechos obreros, pero esta vida, esta sangre y toda la que se vierta en la lucha, es semilla de odio, tengan cuidado con eso.
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